La obra está trabajada en plumilla sobre papel, con la utilización de eje vertical. De excelente factura, presenta un paisaje onírico como elemento principal, que semeja un cerebro diseccionado, en medio del cual se encuentra un personaje campesino tocando una mejorana.

El fondo está compuesto de zonas de negro puro para destacar la imagen; logra lejanía con los distintos planos demarcados por el grosor y la intensidad de líneas. La textura del papel utilizado, el uso de líneas cortas y la aplicación de puntos y círculos indican la masa de las sombras. El artista ha logrado diversos tonos de grises que iluminan o cierran las tramas. El perfil exterior de la figura está sugerido mediante el fondo, lo que da volumen a la imagen.

Utiliza una “figura tipo”: Ha desaparecido los rasgos pero conserva la forma y movimientos humanos. En esta obra el observador se hace partícipe del sentimiento que el pintor intuye en el personaje solitario.